La llegada, de forma inesperada y abrupta, del Coronavirus al mundo trastocó la forma de vida de todos. Adultos y niños, hombres y mujeres, todos hemos sido afectados por igual.

Liliana Alvarado, Directora de la Escuela de Postgrado UTP, participó en el 1er webinar “Flumarketing Woman” y allí explicó cómo llevar la gestión de emociones durante la pandemia.

¿Cómo nos está afectando el Coronavirus?

Los seres humanos somos seres emocionales. Las emociones siempre influyen en nuestra forma de pensar y actuar.

El COVID-19, con todas sus sacudidas, instauró una sensación de caos constante que resulta difícil poner a un lado. Después de todo, abandonar las rutinas y la zona de confort, para vivir situaciones donde nos encontramos compartiendo un mismo espacio de manera constante con otras personas, no es sencillo.

Esta circunstancia, sumada a factores adicionales como la imposición de restricciones de movilidad y la forma en que otros las asumen, deriva en una serie de emociones negativas (miedo, rabia, ansiedad, preocupación) con las que es difícil lidiar.

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¿Qué pasa con las emociones durante la pandemia?

Quizá puedas haber sentido que pasas de una emoción a otra con mucha rapidez o que sientes con mayor intensidad. Esto es porque las emociones pueden hacerse más grandes y funcionar como una caja de resonancia, hasta convertirse en un problema si no se trabajan a tiempo.

Partiendo de la premisa expuesta por Liliana Alvarado, la sensación de miedo constante, o una preocupación excesiva, puede llevarnos a tomar actitudes que pongan en riesgo nuestras relaciones interpersonales.

Es por esto que resulta primordial entender cómo nos sentimos y buscar soluciones, prácticas y accesibles para conducir a buen puerto las circunstancias. Nuestro deber es «cuidar que el aislamiento social no se convierta en distanciamiento social con las personas que más amamos».

Emociones durante la pandemia: ¿es posible controlarlas?

Nuestros cerebros no están configurados para enfrentar un escenario de incertidumbre constante, algo que se ha convertido en la norma durante el brote de COVID-19.

Sin embargo, es posible practicar la tolerancia y sobrellevar las circunstancias de manera tal que las emociones negativas no se adueñen de nosotros. Y aunque no sabemos con certeza cuándo o cómo terminará la crisis, seremos capaces de lidiar con ella desde la serenidad.

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Detectar lo que nos afecta

El desarrollo de la tolerancia y control de las emociones durante la pandemia es un ejercicio de introspección, que dependerá de cada persona. Para lograrlo, es importante entender que existen dos categorías de cosas a nuestro alrededor: aquellas que podemos controlar y las que no.

Durante la pandemia, a cada una de estas categorías podemos asignarles una serie de puntos que las definen:

Lo que podemos controlar
Lo que no podemos controlar
  • La actitud propia durante la cuarentena.
  • El tiempo que pasamos en las redes sociales.
  • La cantidad de información que consumimos.
  • El distanciamiento social propio.
  • El respeto a las medidas del gobierno.
  • Hacer actividad física en casa.
  • Encontrar momentos para relajarnos.
  • Promover actividades en familia.
  • Aprovechar y aprender a disfrutar de uno mismo, así como de aquellos con los que vivimos.
  • Duración del aislamiento.
  • El respeto ajeno del aislamiento.
  • Acciones o reacciones de los demás a la circunstancia actual.
  • Predecir qué va a pasar.
  •  La información que presentan los medios.

 

Una vez que identificamos cada uno de estos elementos, resulta más sencillo trabajar en mejorar nuestra situación emocional y la de quienes nos rodean, ocupándonos solo de aquello que podemos controlar.

¿Qué hacer con esto?

Liliana Alvarado propone que el camino es “dejar ir lo que no podemos controlar”, no de forma pasiva sino haciéndonos conscientes de la circunstancia y haciéndonos cargo de lo que nos corresponde.

Esto implica, prestar más atención, desde el cerebro racional, a nuestras acciones y reacciones. De igual manera sugiere que nos encarguemos de establecer nuevas rutinas diarias en las que podamos recibir motivación, placer y sensaciones de logro.

Hacerlo de forma constante nos hará actuar de una manera más sana. De igual forma será una incidencia positiva en las personas que nos rodean, siendo inspiración para que ellos también aprendan el manejo de sus propias emociones durante la pandemia.

Autor
PostgradoUTP

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