La pandemia que estamos atravesando transformó la realidad que conocíamos, instaurando una nueva forma de hacer y pensar nuestra cotidianidad. La toma de decisiones ha adquirido un peso innegable, que supone que acciones sencillas se conviertan en decisiones de vida o muerte.

Para entender la carga emocional que nos toca afrontar durante la crisis sanitaria por COVID-19 y cómo esta afecta nuestras decisiones, Liliana Alvarado, experta en la gestión de emociones, neuromarketing y Directora de la Escuela de Postgrado UTP, realizó la ponencia “Las emociones y las decisiones en el Marketing» transmitido por Mercado Negro

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Emociones pandémicas: la montaña rusa del coronavirus

Nuestras emociones llenaron nuestro día a día: pasamos del espectro negativo frecuente (ira, ansiedad, miedo, preocupación) al espectro positivo (gozo, alegría, serenidad) sin mediaciones. Por primera vez en la historia todos estamos viviendo las mismas tensiones y esto provoca que cambiemos nuestras maneras de actuar y de tomar decisiones.

El miedo, la preocupación, la rabia, la ansiedad, la tristeza, el estrés y la frustración hacen que reaccionemos con comportamientos tóxicos atípicos, que terminan por afectar nuestro círculo cercano, es decir, los seres queridos con los que compartimos el confinamiento.

Gestionar estas emociones, que en muchas ocasiones implica postergar momentos de felicidad o lidiar con la frustración que genera no controlar el contexto, es la respuesta más certera para sobrellevar la situación y evitar que se contagien las emociones negativas a las personas que más queremos.

Establecer rutinas para alejarnos del caos, poner límites, buscar formas saludables de liberar tensiones y tener empatía con nosotros mismos son maneras de “mantenernos a salvo y evitar comportamientos de riesgo”.

Si bien el aislamiento pone a prueba nuestra capacidad de adaptación, la plasticidad de nuestro cerebro y las emociones con las que actuemos determinarán un futuro más positivo.

Toma de decisiones: ¿acciones por y para la sobrevivencia?

«Las decisiones que tomemos pueden reducir o acelerar el riesgo durante la pandemia», indica la Doctora Liliana Alvarado. No somos 100 % racionales, lo que conlleva a que nuestras decisiones estén marcadas por las emociones que nos genera el contexto.

Durante la pandemia por coronavirus nos hemos enfrentado a decisiones que antes nos parecían simples pero que ahora implican complicaciones. Hechos tan automáticos como ir a trabajar o visitar un centro comercial puede causar más estrés.

Por lo tanto, comprender los diversos procesos mentales detrás de la toma de decisiones y los factores que hacen mella en esta nos permite tomar acciones adecuadas.

Las emociones son fundamentales en este proceso, ya que ningún pensamiento, decisión, análisis o acción se realiza sin antes pasar por el componente emocional. Ellas nos permiten adaptarnos y representan el marcador más básico para aproximarnos a lo que nos gusta y alejarnos del peligro, del dolor o la frustración.

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Gestión de emociones: ¿cómo se logra?

Gestionar las emociones implica reaccionar ante lo que sucede, bien sea de forma positiva o negativa. La primera nos acerca a los objetivos y metas, nos permite avanzar; mientras la segunda nos encierra en patrones que se alimentan del miedo y que nos pueden llevar a la parálisis.

Identificar una emoción antes de tomar una decisión nos otorga el tiempo suficiente para observar todo el panorama y sopesar desde la razón. Tener siempre presente los diferentes escenarios y las consecuencias de nuestras acciones permite tomar las decisiones adecuadas.

Para contribuir a controlar las emociones y tomar mejores decisiones, la Directora Liliana recomienda:

  • Tomarse un respiro para identificar las emociones que se están sintiendo para poder moldear la respuesta y nuestro comportamiento.
  • Corregir lo que pensamos entendiendo aquello que podemos controlar (mantener la cuarentena, seguir las medidas sanitarias, crear espacios de entretenimiento, fortalecer las relaciones, etc.) y lo que no podemos controlar (las reacciones o acciones de los otros, duración del aislamiento, información que presentan los medios, entre otras circunstancias).
  • Enfocarse en resolver lo que está en el presente, aprender a lidiar con la incertidumbre desde la oportunidad: aprender cosas nuevas, descubrir talentos, ayudar a otros.

Esta parada obligatoria nos ha llevado a valorar lo que nos da alegría, a aprovechar el tiempo con los familiares y a descubrir otro tipo de felicidad: la que depende de nosotros mismos, de lo que somos y no de lo que tenemos.

Si bien la pandemia nos ha arrebatado cosas, también nos ha ido enseñado lo que es importante: el autocuidado, la solidaridad, el coraje y la fortaleza para salir adelante, es decir que lo realmente fundamental está a nuestro lado.

Mira la ponencia completa aquí: https://bit.ly/39G50mL

Autor
PostgradoUTP

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