En el siglo XX, las propuestas de John Dewey, pedagogo estadounidense, apuntaban a la necesidad de involucrar en la experiencia de aprendizaje al estudiante. Desde el constructivismo se apostó por una forma efectiva de aprender, denominada aprendizaje centrado en el estudiante.

En el contexto postpandemia, este es fundamental para la práctica docente, determinante en el enfoque pedagógico y en la experiencia académica. Sus buenos resultados pueden notarse tanto en ambientes online como offline, puesto que se crea un entorno acorde a las necesidades del alumno.

Este tipo de aprendizaje es positivo porque:

  • Aumenta las tasas de retención en los estudiantes.
  • Los conocimientos y competencias son integrales, orientados a la practicidad.
  • Los estudiantes participan, de forma activa, en la construcción del trayecto educativo y de saberes.

En la Escuela de Posgrado de la UTP se aplica este cambio de paradigma, tanto a nivel práctico como cultural. Las clases buscan desarrollar competencias transversales, además de los conocimientos cognitivos necesarios, vinculando al docente universitario y el estudiante a través del respeto y la admiración mutua.

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¿Cuáles son las características del aprendizaje centrado en el estudiante?

Este tipo de aprendizaje, más que ser una metodología es un cambio de mentalidad. El SCL, por sus siglas en inglés, implica asumir roles de liderazgo, trabajar con tecnologías de la información y desarrollar un pensamiento crítico robusto que permita dar feedback de forma asertiva.

Entre sus características se encuentran:

  • Flexibilidad y libertad en torno al aprendizaje

En esta práctica se busca que el estudiante esté empoderado, con autonomía para definir la estructura de su aprendizaje. El docente es un guía que maneja data y conocimientos que facilitan la toma de decisiones.

Esta flexibilidad se ve también en la globalización de los contenidos, el incremento de las habilidades digitales y la relación con otras áreas de conocimiento. Los entornos desarrollados en el aprendizaje centrado en el estudiante buscan que este sea un promotor de conocimiento y que pueda enfrentarse a diferentes contextos de forma resolutiva.

La experiencia de aprendizaje se basa también en microaprendizajes, es decir, información en cantidades manejables que puedan ponerse en práctica al momento. De igual forma, se apuesta a la construcción grupal para profundizar en los aprendizajes y en los planteamientos pedagógicos.

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La flexibilidad se concibe en la estructura de la educación online, donde cada estudiante sigue su propio ritmo, utilizando el contenido de forma asincrónica.

  • Docentes comprometidos que comparten sus conocimientos con pasión 

El papel del docente universitario es de facilitador, en relación bilateral con sus estudiantes. Este proporciona recursos, orientación y brinda apoyo tomando en consideración el contexto individual de cada alumno.

Como parte de su quehacer, refuerza las conexiones entre educación e investigación para que sea el mismo estudiante quien tome control de sus conocimientos y los aplique. El entorno de aprendizaje creado permite mayor colaboración y creatividad durante la experiencia educativa. 

Si bien existen retos y desafíos para el docente, como tomar en cuenta las necesidades de sus estudiantes y el entorno donde aprenderán, la construcción participativa genera nuevas formas de implementar el proceso educativo.

  • Comprensión del estudiante como ser integral

En el aprendizaje centrado en el estudiante el docente universitario conoce, indaga y comprende las necesidades, intereses y estilos de aprendizaje de cada alumno. En su proceso, diseña estrategias didácticas que permitan atender los requerimientos de los estudiantes, incentivando también la autonomía en estos. 

Dentro de esta práctica educativa la reflexión continua es fundamental para ofrecer entornos que consideren la vida profesional y personal de cada estudiante. El foco debe ir sobre las competencias significativas, más allá del currículo, y el desarrollo integral del individuo.

  • Análisis de mejora continua

Esta experiencia de aprendizaje demanda diferentes métodos pedagógicos, enfoques en evaluaciones más holísticas, que buscan la retroalimentación constante. Se usan instrumentos evaluativos que ayuden a identificar el progreso y la mejora en tiempo real.

Este tipo de evaluaciones también se aplica a la experiencia de aprendizaje. En este aspecto se evalúa el uso de tecnologías de información, el acceso a diversas infraestructuras de conocimiento por parte del estudiante como del docente. 

Se hace necesario destacar que esta práctica educativa requiere de estándares de calidad para medir su funcionalidad. Además de las evaluaciones, orientadas a la reflexión, los aprendizajes deben ser claros e interactivos. También se debe hacer una retroalimentación crítica constante sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje.

  • Cambio en el mindset

Tanto docente como estudiante deben orientar sus acciones a mejorar la experiencia de aprendizaje. Por ende, debe existir una disposición positiva para vincularse, optar por el aprendizaje socio emocional para transformar la práctica educativa.

El empoderamiento y el compromiso debe existir a partes iguales en todos los involucrados y se refleja en la motivación que poseen tanto docentes como estudiantes para llevar a cabo la clase. Si bien la ruptura de la relación jerárquica puede ser difícil de abordar, se hace necesario el cambio para crear entornos positivos y ricos en aprendizaje experiencial. 

La comprensión profunda del entorno, la adquisición de aprendizajes más efectivos así como la sensación de plenitud del estudiante son los aspectos que buscan incentivar el aprendizaje centrado en el estudiante. 

En el mundo actual, las habilidades blandas, como la comunicación, la capacidad autodidacta y el espíritu colaborativo, son necesarias para el desarrollo profesional. Estas habilidades también son desarrolladas a través del aprendizaje colaborativo.

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Preguntas Frecuentes

¿Qué es el aprendizaje centrado en el estudiante y por qué es relevante en la educación moderna?

El aprendizaje centrado en el estudiante (SCL) es un enfoque pedagógico que pone al alumno en el centro del proceso educativo, enfatizando su rol activo en la construcción del conocimiento y la experiencia educativa. Este método es relevante en la educación moderna porque responde a las necesidades individuales de los estudiantes, promoviendo la autonomía, la creatividad y habilidades críticas como el pensamiento analítico. Al hacerlo, aumenta la retención de conocimiento y mejora la aplicabilidad de lo aprendido en situaciones reales.

¿Cuáles son las principales características del aprendizaje centrado en el estudiante?

Las principales características del aprendizaje centrado en el estudiante incluyen flexibilidad y libertad en el aprendizaje, lo que permite a los estudiantes tener autonomía sobre su educación; un enfoque en la creación de entornos colaborativos y creativos; y el rol del docente como facilitador, que guía y apoya el proceso de aprendizaje. Además, este enfoque enfatiza la importancia de comprender al estudiante como un ser integral y el uso de métodos pedagógicos que permiten una evaluación continua y reflexiva.

¿Cómo impacta el aprendizaje centrado en el estudiante en el desarrollo profesional de los estudiantes?

El aprendizaje centrado en el estudiante impacta positivamente en el desarrollo profesional de los estudiantes al desarrollar habilidades blandas esenciales como la comunicación, la capacidad autodidacta y el espíritu colaborativo. Estas habilidades son cruciales en el entorno laboral moderno y preparan a los estudiantes para enfrentar desafíos complejos y trabajar eficazmente en equipo. Además, este enfoque promueve una actitud proactiva y adaptable, preparando a los estudiantes para un aprendizaje continuo a lo largo de su carrera profesional.

Autor
PostgradoUTP

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