La Directora de la Escuela de Postgrado UTP Liliana Alvarado, experta en neuromarketing y autora del libro “Brainketing”, explicó en su conferencia “El manejo de las emociones en tiempos de COVID-19”, auspiciada por la Sociedad Peruana de Marketing como este virus, intangible e invisible, vino a irrumpir las maneras de socializar, trabajar, estudiar y relacionarse con la familia afectando desde nuestras rutinas, hasta nuestras emociones.

Estos cambios abruptos pueden generar miedo, incertidumbre, estrés y rabia ¿cómo manejarlas?

Reconocer las emociones: ¿Qué hemos sentido hasta ahora?

Emociones como el miedo y la incertidumbre, nos han llevado a realizar compras nerviosas para sentir que tenemos algún control sobre la situación. De igual manera, ha aumentado la sensación de pérdida de libertad, puesto que ya no se puede salir ni disfrutar de la compañía física de los otros. 

La disminución del espacio privado o la invasión a la privacidad también se ha vuelto una sensación frecuente, lo que ha generado estrés y la necesidad de permanecer alerta. Ante esta situación, se ha dificultado pensar cómo lo hacíamos antes, puede ser más difícil relajarnos, e incluso nos llenamos de furia o rabia, y estas emociones nos paralizan.

Por ello, ante la pérdida de rutinas y la salida de la zona de confort que implica el COVID-19, debemos crear una nueva manera de relacionarnos con las emociones, con comportamientos adaptados al nuevo contexto (virtualidad, rituales profundos de limpieza, distanciamiento social) y poniendo en práctica nuestra inteligencia emocional al identificar nuevas oportunidades como, por ejemplo:

  • Enseñar a nuestros hijos valores de convivencia, higiene, unión familiar.
  • Tener reuniones laborales más eficientes, a través de herramientas digitales, que garantizan menor uso del tiempo.
  • Celebrar nuestros éxitos a través de plataformas digitales como Zoom, Google Meet, House Party o Microsoft Teams.
  • Crear nuevas rutinas, con el uso de las nuevas tecnologías, que apunten a nuestro bienestar físico y emocional, compartiendo a distancia con nuestros seres queridos parte de ellas (clases de baile, cenar juntos los viernes, aprender algo nuevo).

Nuestro cerebro, que tiene la plasticidad para aprender y adaptarnos, nos permite amoldarnos a lo nuevo, no sin antes pasar por una etapa de incertidumbre. Una vez que hayamos identificado los beneficios de la situación, podemos crear una nueva zona de confort.  

Manejo de las emociones: transformar nuestra actitud

Para identificar las oportunidades y crear un espacio seguro y cómodo que permita innovar, debemos cambiar el chip: apostar por transformar nuestra actitud en vista de que no podemos transformar la situación.

Esta nueva normalidad requiere que prioricemos el bienestar colectivo sobre el individual. Pensar “Si tú estás bien, yo estoy bien”, debe ser parte de nuestras creencias y nuestra manera de unirnos a otros para cuidar de todos.

“No importa lo que te pase, sino lo que haces con lo que te pase”, indica la profesora Alvarado. Gestionar nuestras emociones de forma responsable, al reconocer nuestras susceptibilidades, permite abordar la circunstancia de una mejor manera.

Es importante reconocer que antes del pensamiento viene la emoción. “Ningún proceso de pensamiento, decisión, análisis o acción se realiza sin antes pasar por la emoción”, explica Alvarado.

Por ello, asociar estas emociones a reacciones positivas (como el placer, el agrado, la alegría o la recompensa) facilitará comportamientos más estables, llenos de optimismo y solidaridad.

Inteligencia emocional: identificar lo que puedo y no puedo controlar

En esta época de coronavirus se hace imprescindible volver a poner en valor nuestras emociones para poder manejarlas y controlarlas. El primer paso para encaminarnos hacia esto es identificar lo que podemos resolver desde nuestro entorno y aquello que no está en nuestras manos.

Sobre lo primero, podemos ejercer acciones que darán mejores resultados si se hacen desde el placer y el amor. 

Es importante destacar que “al miedo hay que vencerlo desde la acción” y que todos los seres humanos tenemos, a pesar de los factores biológicos, culturales y de experiencia que nos diferencian, “el coraje y la fortaleza para salir adelante”. 

En un mundo lleno de preocupaciones, debemos ocuparnos de lo que podemos con solidaridad, audacia y liderazgo. Es decir, hacernos cargo de nuestras emociones para poder enfrentar el día a día con mayor seguridad y confianza en nosotros mismos. 


Preguntas Frecuentes

¿Qué se sugiere hacer para manejar estas emociones y adaptarse a la nueva realidad impuesta por la pandemia?

Para manejar estas emociones y adaptarse a la nueva realidad impuesta por la pandemia, se sugiere reconocerlas y crear una nueva manera de relacionarse con ellas, adoptando comportamientos adaptados al nuevo contexto (como la virtualidad y el distanciamiento social) y poniendo en práctica la inteligencia emocional para identificar nuevas oportunidades.

¿Qué se menciona como clave para transformar nuestra actitud frente a la nueva realidad impuesta por la pandemia?

Se menciona que es clave cambiar nuestra actitud y apostar por el bienestar colectivo sobre el individual. Es necesario reconocer nuestras susceptibilidades, gestionar nuestras emociones de forma responsable y asociarlas a reacciones positivas para facilitar comportamientos más estables, optimistas y solidarios.

¿Qué se destacó como importante para identificar y manejar nuestras emociones en el contexto de pandemia?

Se destaca la importancia de identificar lo que podemos resolver desde nuestro entorno y lo que no está en nuestras manos. Se resalta la necesidad de enfrentar el miedo desde la acción y de asumir la responsabilidad de nuestras emociones para poder afrontar el día a día con seguridad y confianza en nosotros mismos.

Autor
PostgradoUTP

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